Atreverse a Dialogar con el Enemigo

Propongo negociar con el Estado Islámico. Aunque sea lo más contrario a mis ideas. No tenemos nada que perder, y quizá sí algo que ganar. Esta actitud la aprendí de Eddie Murphy en el arranque de la película “El Negociador”/Metro (1997). Un psicópata tiene encañonados varios rehenes en una oficina bancaria en San Francisco. ¿Debemos dialogar con el monstruo?

Promovido por mi hija mayor, estas navidades tuvimos un encuentro en Rubí con otra familia, de la que sabíamos que no pensaban como nosotros en muchos temas: eran de derechas, unionistas (no independentistas), no hablaban catalán y encima Resultado de imagen de metro + murphyseguidores del Real Madrid. Mi mujer me advirtió de antemano que evitara sacar en la cena ningún tema polémico. Y que si cantábamos evitáramos Lluís Llach y el catalán.

Acabo de leer el libro “Benedicto XVI: Ultimas conversaciones con Peter Seewald”. (La idea de un Papa dimisionario me cautiva). ¿Qué nos dirá -a toro pasado- de su sucesor, colaboradores, disidentes, musulmanes, judíos o políticos?

¿Cómo fue su encuentro con Obama? Un gran político, por supuesto, que sabe qué hay que hacer para alcanzar éxito y que tiene algunas ideas que no podemos compartir, pero conmigo no fue solo un estratega, sino también una persona reflexiva. Pude notar que buscaba el encuentro personal y que escuchaba. Y algo análogo valdría para Michelle Bachelet, la presidenta de Chile. Es atea, marxista, por lo que hay muchas cosas en las que no estamos de acuerdo. Pero de algún modo percibí en ella una voluntad ética básica, cercana a lo cristiano. Mantuvimos una sugestiva conversación. En general fue impresionante conocer a estas personas no solo desde su lado político-táctico. Se trata de personas que, si bien están muy lejos de nosotros, tratan de ver lo correcto”.

También aparecen en sus memorias su amistad con el conocido teólogo disidente Hans Küng, con el filósofo neomarxista Jürgen Habermas o con el masón Giscard d´Estaing. Con Vladímir Putin o con Fidel Castro, con el que intercambió libros poco antes de su muerte. Resultado de imagen de fidel castro y benedicto 16

¿Cuál sería el tono de nuestras opiniones, si valoráramos al líder del partido político contrario, al entrenador del equipo rival, a nuestra competencia, o al departamento contiguo al nuestro que nos persigue sistemáticamente para que introduzcamos las facturas en el sistema informático?

Reunirse con iguales puede ser muy confortable, pero no tan educativo. El aumento de tensión política que vivimos, se manifiesta en esa tendencia a reunirse con los afines, para despotricar de los ajenos. ¿No hacen esto los políticos? ¿Os imagináis alguien del PP votando a favor de una postura del PSOE o viceversa? Quedaría fulminado al instante. Pero los parlamentos se inventaron justo para sacar partido de las opiniones distintas. ¿Nos atrevemos a intentarlo?

El periodista Daniel Fernández proponía aprender a dialogar como en los inicios medievales de la universidad. “Me gustaría ver más escolástica, algún tomista en el Parlament, un poco de la vieja gimnasia dominica, escuchar, entender (…) Nadie defiende una quaestio disputata sin defender antes, oralmente o por escrito, la posición del contrario. A ser posible de forma más elocuente y convincente de lo que el mismo adversario intelectual sería capaz de hacerlo”.

La semana pasada acudí -con escepticismo- a un curso sobre Liderazgo en el Aula para profesores de universidad. Para mí era como querer vender miel al colmenero. No podía estar más equivocado. Desde el primer momento nos hizo pensar desde la lógica del otro. No podemos seguir quejándonos -desde la atalaya del sabio- de los “monstruos” que nos llegan al aula: porque eso no va a cambiar. Nos hizo ver que los alumnos son personas adultas, que tienen su propia lógica -distinta a la nuestra- que les lleva a concedernos su atención o no. Y estudiamos estrategias diversas para conectar con ellos.

Una práctica saludable. Identificar en nuestro entorno inmediato de “enemigos”, una cualidad que un rival tiene por encima de nosotros. Reconocer errores propios, y exaltar virtudes ajenas. Cuesta, nos educan para lo contrario. Pero imaginad el horizonte reconciliador y de aprendizaje que brinda este recurso. ¡Cuánto podemos aprender, de aquel con el que nos peleamos! Con mi cuñada, por ejemplo, de la que estoy recabando consejo para organizarme mejor los fines de semana.

¿Y qué pasó en la cena en Rubí? Inspirado por este espíritu de celebrar la diferencia, traje como regalo un pack de galletas danesas de homenaje a Cristiano Ronaldo. Hablamos de todo y mucho: de ecología, de Catalunya. Y cuando finalmente emprendimos la parte musical de la velada, acabé descubriendo, que aunque no compartían las ideas libertarias de Lluís Llach, compartían con nosotros el aprecio de su genio musical. Volví encantado, con ganas de volver pronto.

Dialogar con los que piensan diferente, enseña muchas cosas. Y puede llegar a ser algo divertido, como demuestra el magistral monólogo de Gila con el enemigo. Recomiendo también volver a ver “La Vieja Memoria” de Jaime Camino. En la que los antiguos enemigos de guerra, entablan una amistosa tertulia sobre los acontecimientos que les enfrentaron. gila-enemigo

 

24 comentarios sobre “Atreverse a Dialogar con el Enemigo

  1. Gracias por la reflexión.
    Para mi es importante pensar en términos de relaciones y de aprendizaje; para salvar la constante tiranía del ego (ser brillante, ganar el debate y convencer al otro). La propuesta de primero analuzar y entender el argumento del otro , para poder proponer y crear algo nuevo; a la eterna disputa con mi enemigo… llegar a acuerdos y dejar de batallar.
    Un abrazo y seguimos caminando y aprendiendo.

    1. Es curioso que la escolástica dominica, que ahora se considera el colmo de la intransigencia doctrinal, fue en su tiempo totalmente rompedora, muchos la consideraban herética. Cogía a Aristóteles y de los musulmanes ideas para renovar el pensamiento cristiano. Brutal. Gracias por tu contribución

  2. El éxito por Imposición siempre es efímero, tiene fecha de caducidad. El dialogo aporta longevidad a cualquier situación, y permite conocer esa parte equivocada de nuestro discurso.

    1. Pues Borges está muy cercano a Gracian, que habla que hay que respetar a los enemigos. Cada uno acaba teniendo aproximadamente el tamaño de con quién se mide, de su enemigo. Concretamente, acaba siendo un poco más pequeño que su rival. Efectivamente Guatemala se pelea con México. Mexico con USA

  3. Gabriel, excelente reflexión como siempre. La pregunta que me hago es ¿por qué hemos evolucionado hacia esta forma de competición / confrontación constante? ¿Cuándo se produjo el punto de inflexión? Quizá si se identificará podría ser posible revertirlo.

    1. Dialéctica, diablo y división son términos cercanos. Pensaba en la imagen poética de la pérdida de la visión del todo (inspirado por William Blake). Pero no he podido acabar remitiéndome al principio de la división, relatado en el mito bíblico de Eva y la manzana, y su continuación con Caín matando Abel. Somos hijos de Caín: ¿seré acaso el guardián de mi hermano? Hasta aquí mi reflexión poética sabática.

      A nivel más pedestre, vivimos engañándonos. Es mucho más lo que nos une que lo que nos diferencia: entre jefes y trabajadores, clientes y proveedores, vecinos, rivales deportivos, entre PSOE y PP. Intentaré concretar un poco más en algo. Gracias por el comentario.

  4. Me parece fantástico y de un nivel profesional exquisito.
    La parte final del texto me encanta …
    Dialogar con los que piensan diferente, enseña muchas cosas. Y puede llegar a ser algo divertido, como demuestra el magistral monólogo de Gila con el enemigo. Recomiendo también volver a ver “La Vieja Memoria” de Jaime Camino. En la que los antiguos enemigos de guerra, entablan una amistosa tertulia sobre los acontecimientos que les enfrentaron.

  5. Acabo de leer tu articulo el cual encuentro muy interesante y muy certero ya que a mi me ocurre a menudo con un familiar ya que el es del Madrid y cordobés y yo catalán y del Barça. Tengo comprobado que si las conversaciones de futbol las empiezo diciendo «que buen partido hizo Cristiano y que bueno és» acaba alagando a Messi diciendo que es el mejor del mundo.!!! y si hago lo contrario dice barbaridades y no solo de Messi si no de Catalunya.!!!

    un buen articulo Gabriel.

    Saludos

  6. Muy interesante, como siempre tu artículo.
    Solo los diferentes nos permiten mejorar y salir de nuestra zona de confort que siempre nos empobrece, aunque tengamos la tendencia de relacionarnos con las personas que piensan como nosotros por comodidad.
    En todo caso, hablar de enemigos, de adversarios o de diferentes y diferenciarlos daría para bastantes artículos, supongo.
    No sé donde leía (creo que de alguna experta negociadora) algo así como: «dialoga -o habla- hasta que te duela la lengua».
    En el fondo, nunca te rindas ni pienses que no sirve para nada hasta haberlo intentado muchas veces. Podría ocurrir que fuera un simple problema de enfoque que necesitases identificar.
    Saludos y felicidades por el artículo.

    1. Leía hace unos días una entrevista a Julián Carrón, superior de Comunión y Liberación: «Yo pienso que el otro es un bien, porque independientemente de que estés de acuerdo o no estés de acuerdo con sus ideas, o de cómo el otro te perciba, a mí siempre me hace madurar. Muchas veces he vuelto a casa herido porque algunas cosas que decía una persona me habían molestado y al día siguiente me levantaba con ellas, y no podía leer el periódico o escuchar a un amigo o leer algo que me interesara sin el dolor producido por esa herida. Esto no quiere decir que el otro tuviera razón. A veces podría no tenerla, pero no era esa la cuestión. Su provocación me ha ayudado a estar despierto, a estar atento, a tener preguntas abiertas con las que poder interceptar respuestas que de otra manera me hubieran pasado absolutamente inadvertidas. Y en ese sentido, cualquier ocasión de estas ha sido un bien para mí. Y esto no es porque todo sea de color de rosa, no es porque todo sea melifluo, sino porque la relación con el otro siempre es una relación dramática, incluso con las personas que quieres. ¿Por qué? Porque me desafían, porque no son una prolongación de mí mismo: son una alteridad, y la alteridad siempre te provoca. Una crisis, dice Hannah Arendt, siempre nos hace volver a las preguntas y por tanto puede ser una ocasión de crecimiento.»
      http://www.jotdown.es/2017/01/julian-carron-los-problemas-no-nos-los-crean-los-otros-los-otros-nos-hacen-conscientes-los-problemas-tenemos/

  7. Muy buen artículo Gabriel, muy a menudo tenemos muuuchas más cosas en comun de lo que creemos, incluso en situaciones y con gente que aparentemente creemos muy distantes.
    Este original video de Youtube también lo trata con otro ejemplo, demostrado con voluntarios daneses.
    A menudo deberíamos forzarnos (abrir la mente, desprendernos de prejuicios, salir de nuestra zona de confort, …) a ver las cosas desde otro punto de vista y nos sorprenderemos más de lo que creemos de los objetivos y motivaciones comunes en vez de ver «sólo» lo que nos separa.

    1. Las personas nos parecemos bastante en todo el mundo: nos alegra lo mismo (el amor, el reconocimiento…) y nos entristece lo mismo también (el abandono, el egoísmo…). Nos inventamos ideologías para distinguirnos artificiosamente. Qué nunca nos dejemos llevar por la espiral del rechazo a la diferencia. Buen comentario en la semana del #VolemAcollir moltes gracies Oriol

    1. Las diferencias que nos parecen más insufribles, bien pueden ser la base del mejor humor. Muchas gracias Pepe. No son de carcajada Donald Trump y Putin, Merkel y el dictador de Corea del Norte, y Pablo Iglesias, y Rajoy haciendo footing y el niño bonito de la izquierda Sánchez… y mi jefe que se le hincha la rodilla por hablar demasiado, y mi suegro que sigue a sus 86 años con la inquietud de un recién titulado… Y tú y yo…

  8. Eres un único muy parecido a los demás. El Amor es de todos, en eso somos todos iguales. Muy bueno el post, gracias por compartirlo. Tenemos que aprender a aprender de los demás. Gracias

    Lo comparto en linkedin y Facebook. Vale la pena

    1. En una conferencia de Imma Puig el jueves pasado en Girona, nos decía, a propósito de dignificar el trabajo, que aunque nos gusta subrayar lo que nos diferencia, a todo el mundo le gustan las mismas cosas: que le valoren, que le escuchen… Y que a todos nos desagrada lo mismo: que nos ninguneen, que no nos escuchen. Gracias Maria por tu sutil comentario

  9. Gabriel,

    He leído varias veces el post, también los comentarios …y sin “clickar” en los enlaces sigo sin entender porque se ha de utilizar el término de enemigo para aquellos que piensan o sienten diferente a ti.

    Para mí lo de “enemigo” es demasiado fuerte para relacionarlo con la simpleza de los colores de una camiseta de fútbol, las canciones de un cantautor o la lengua que utiliza un comensal al hablar… y pienso que con esto que digo estarás de acuerdo conmigo.

    Yo pienso más en el enemigo de verdad, en aquel que te desea mal a ti y/o a tus semejantes, aquel que imposible que sintonicemos, aunque sea con la mejor caja de las mejores galletas de todo el reino de Dinamarca. ¿Sería hábil el diálogo? ¿Tendríamos que emprender una actitud defensiva hacia él? ¿O bien existe alguna posibilidad de encuentro sin que menoscabe nuestra integridad?

    Tu post, y el término relacionado con la amistad (y si quieres al amor) me ha hecho pensar aquello que decía D. Vito Corleone en el Padrino:

    “Cuando uno de mis amigos se crea enemigos, yo los convierto en mis enemigos”.

    Su frase me hace pensar en una extensión de la amistad llevada al límite, en la capacidad de convertir en enemigos por encima de fronteras e ideologías, incluso como las personas, grupos u organizaciones dotadas de poder (por muy singular que sea) pueden sembrar enemistades, aunque sea por aquello de que, ya se sabe, “…son solo negocios” o “…haremos que parezca un accidente”.

    1. La forma de «aplicar» este mensaje es buscando a los «diferentes» de uno, a quienes no piensan igual. En el pueblo de veraneo no intentar relacionarse sólo con los directivos o los titulados superiores, no evitar los magrebís, a los abuelos malumorados. También estoy intentando acercarme más a las mujeres y me está encantando.
      Con todo, el evangelio del domingo pasado hablaba de «rezar por los enemigos, por los que te injurian y persiguen». El listón está alto. Igual así acabaremos por no verlos ya como enemigos. Si no como pobres peregrinos desorientados.
      Y esto será muy enriquecedor.

  10. El dialogo y las diferencias son lo más importante nada se hubiera hecho pensando de la misma forma, por ej. aca en Argentina la política la veo muy narcisita y a veces lo terminamos naturalizando, en muchos casos jamás se avanza en ningun aspecto por querer que el otro piense u opine a favor de cada dicurso o ideologia, está muy Bueno gracias por el aporte

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