Tenemos un concepto deformado del directivo. Nos lo imaginamos joven, guapo y esbelto, luciendo un traje impecable. Hablando por el móvil en inglés, en una terminal de aeropuerto. Tiene carrera universitaria y MBA. Sabe marketing y finanzas, y construye gráficos en Powerpoint para su próxima reunión. Es extremadamente competente.
Pero volvamos la mirada hacia quienes nos rodean en la oficina, hacia los jefes de carne y hueso que hemos tenido, y hacia nosotros mismos. ¿Nos acercamos a esta imagen o quedamos a mucha distancia?
Pensemos ahora en los empresarios con nombre y apellidos conocidos, en Amancio Ortega (Zara), Pepe Hidalgo (Air Europa) o Francisco Martín Frías (MRW). ¿Transmiten una imagen de ultracompetentes? ¿Nos los imaginamos con una sonrisa profidén y un cuerpo danone, conduciendo un deportivo de lujo por las costas de la Riviera?, o ¿son más bien personas pegadas al terreno, con aire desaliñado, sencillos, de perfil algo gris, con tendencia a la calvicie y que les incomoda la corbata?

Hemos sublimado tanto la tarea y competencia de los directivos, que no los reconocemos si nos topamos en el autobús o en la cola del supermercado. Cuesta imaginarlos paseando por un pueblo. Y cuesta sobre todo, verse formando parte de ese club tan elitista.
Ante esta imagen de directivo sofisticado, endiosado, autosuficiente, que sabe todo y tiene respuesta para todo. Reivindicamos un concepto de jefe que no llega a todo, con dudas, que vive de intentos, que alberga la presunción íntima de su personal incompetencia, de estar siempre comenzando.

Hablamos poco de jefes, y demasiado de líderes, de estrategia y de motivación. Tanto discurso ingenuo sobre comunicación y las bondades del win-win, han hecho olvidar el dificultoso arte de mandar, que inaugurara Henry Fayol hace casi un siglo, con sus agudos preceptos como: Tener un conocimiento profundo del personal, Inspeccionar periódicamente el cuerpo social, No dejarse absorber por los detalles, Hacer que reine la laboriosidad y la abnegación, Dar buen ejemplo o Eliminar a los incapaces.
La Gestión de Personas es fundamentalmente Gestión de Incompetentes, porque tampoco nuestros colaboradores responden al estereotipo de anuncio de empleo que busca: gente creativa, comunicativa, ilusionada y que trabaje en equipo por poco dinero. A nuestro alrededor -junto a buenas cualidades- no podemos ocultar la superficialidad, el despiste, la precipitación. El caradura que cada vez da menos y pide más… y encima se queja. Hemos de lidiar con la incompetencia, no sólo porque es más numerosa, sino porque la competencia apenas hay que gestionarla.
Soy tremendamente optimista, porque pienso que lo podemos hacer mejor, que lo mejor es enemigo de lo bueno. Soy crítico, no derrotista; más irónico que cínico: el optimista cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles, el pesimista teme que eso sea cierto. Cuentan que en la España franquista, un ministro de industria acudió al mismo jefe del estado para mejorar la RENFE (la red de ferrocarriles). Y el gallego -mirándole condescendiente- respondió: señor ministro, la RENFE es inmejorable.
Todos somos incompetentes porque somos mejorables, porque estamos siempre en proceso de aprendizaje. Queremos quitar a la incompetencia su matiz más peyorativo. A largo plazo no triunfan los más brillantes, sino los talentos medios que vencen la pereza habitualmente. Y en cambio el romanticismo del todo el mundo es bueno suele acabar mal.
Pretendo aterrizar los conceptos de jefe y de empleado, para poder después elevar su realidad. Un competente es un incompetente insuficientemente diagnosticado. Pero un incompetente es también un alto potencial insuficientemente trabajado. No somos tan buenos como nos pensamos, pero podemos ser mejores de lo que creemos.
Descubrirse en el reino de los incompetentes debe infundir paz. Y un sentimiento de esperanza para emprender el proceso de mejora personal, y para asumir también la responsabilidad de mejorar a quienes nos rodean. Con estos bueyes hay que arar.
Felicidades por el post Gabriel.
Me ha parecido una bocanada de aire fresco por lo «diferente» del enfoque. Seguro que será instructivo leer tu nuevo libro.
Me gusta mucho tu blog, me atraen las ideas innovadoras y diferentes, pienso siempre en mejorar y hacer cosas distintas al común que veo en muchos blogs. El tuyo me ha llamado la atención por ser un blog del tipo «refrescante», innovador y muy bien escrito.
Quería enlazar tu blog al mio, porque tu blog tiene contenidos «diferentes» y amenos. El mio se llama Café Bombón: http://diamondav.wordpress.com. La idea no es para vender mis servicios, el enfoque que le estoy dando es el de un lugar donde sólo hay buenas noticias publicadas, cosas interesantes, humor, y un rinconcito donde publico las bondades de la profesión que estoy ejerciendo.
Te felicito por tu libro, voy a comprarlo, y tu blog, de nuevo, es estupendo. Me he suscrito. Un saludo
Es cierto que nos olvidamos del jefe y se nos llena la boca de «líder». Un amigo vasco que no tiene pelos en la lengua y él si que tiene equipos de los que tiene que sacar el mejor partido posible, dice: «y qué pasó con JEFAR, ¡C…!»
Genial!
Solo desentona la foto en la que aparece el Sr Ginebra como un autentico ejecutivo guapo y perfecto.
Xavier, me has pillado. Me hice esta foto para una orla de la facultat. Prefiero ir con polos y barba de tres días. Pero siempre puedo decir eso de «la fealdad está en el interior».
Felicidades Gabriel, lo encuentro realmente bueno, sobre todo por lo que ya han dicho: es aire fresco por la novedad del enfoque.
Donde se puede comprar? , se lo quiero regalar a mis subordinados y sobretodo a mi jefe.
la metáfora de la imagen de la bicicleta muy buena.
¡Felicidades por el libro!
Menos líderes de «papel couchè» y más jefes dedicados y ejemplares.
Enhorabuena Gabriel!!! Excelente inicio que presume que continuará con literatura de la buena….Gracias por abrirme la esperanza de progresar en mi carrera…
Un abrazo.
Gracias por vuestros comentarios, que presagian un buen debate. El libro ya se puede encontrar en muchas librerías: me consta en las grandes como Casa del Libro, Abacus, Bertrand, Corte Inglés. Si no podéis entrar en la web del libro y pedirlo a la editorial directamente. Qué lo disfrutéis.
Nunca había sentido antes una ilusión parecida a la que ponía mi abuelo cuando observaba en la cocina cómo las mujeres preparaban los rovellons que había cogido con tanto esfuerzo.
Hola Gabi
En el sector hospitalario en el que trabajo este libro curaría muchas enfermedades..
Felicidades Gabriel por el post y por el libro!!!
Como siempre, refleja tu sabiduría y reflexiones.
Gabriel, te reitero mi enhorabuena por el libro. Y aprovecho para invitarte a Sevilla para presentarlo. Nos haría mucho bien a los directivos leerlo y después poner en práctica sus enseñanzas
UN FUERTE ABRAZO
No puc estar més d’acord amb el teu plantejament de gestió de l’imperfecte. M’atreu més la incompetència que la competència. Llegiré el llibre. Enhorabona, Gabriel.
Hoy nos encontramos, frente a un autor, ciertamente… «competente» 🙂
(Del lat. compĕtens, -entis).
1. adj. Que tiene competencia.
2. adj. Que le corresponde hacer algo por su competencia.
3. m. En la primitiva Iglesia, catecúmeno ya instruido para su admisión al bautismo.
No discuto la tercera -por ya bautizado-, y mi interés se centra en las 2 primeras acepciones, para:
1. Felicitarle por el libro (moltes felicitats!!)
2. Tratar de entender el término «In-competente»: No competente. Así reza en el RAE.
Gabi, hablas de Directivos… pero citas empresarios como ejemplo (?)
¿Entiendes que el empresario es Directivo «per se» al igual que sus adlateres? No haces distingo, interpreto. Sácame de dudas.
En tu línea argumental, abundaré diciendo, que algunos -no todos- buenos Directivos, poseían la cualidad estratégica, de convertir sus debilidades en sus mejores fortalezas. De no saberse buenos en algo y mejorar exponencialmente o bien de tener el «arte» de saberse rodear de un buen equipo de personas, que completaran sus debilidades. Unos al alcanzar la cima y el éxito, decidieron maquillar su figura pública, pues el camino fue ciertamente tortuoso y difícil, con puntos negros incluidos. Otros en cambio, siempre fueron ejemplo del bueno, y lo siguen siendo. En definitiva, supieron por sus 5+1 sentidos en su empeño con más o menos buenas artes.
Creo que el libro, será un canto a la esperanza directiva, y sin dejar de pisar el suelo. Un libro operativo y de ayuda real, no tanto de auto-ayuda 😀
¡Suerte en los bolos promocionales!
Gracias por vuestros comentarios que me animan a seguir intensificando mi trabajo y propuestas en esta dirección.
Joan: Gestión de lo imperfecto, has dado en la clave. Tanto en el plano personal, directivo e incluso político los modelos de sociedades perfectas han acabado fatal.
Joan B: hablo de empresarios porque son más conocidos al gran público. Siempre hay dificultad en dar ejemplos del opaco día a día de los puramente directivos. El buen empresario suele ser a fortiori buen directivo.
Ayer cenando con un amigo comentábamos la historia de Javier de la Rosa, un ejemplo más de cómo la actitud arrogante de la ultracompetencia acaba mal. Los americanos están intentando medir el efecto hybris en los grandes fracasos empresariales.
De nuevo gracias por vuestra atención.
Enhorabuena Gabriel desde el Sur de Catalunya. Es el libro que nos hacía falta para entender a muchos algunas cosas.
Teresa
Querido Gabriel,
¡Enhorabeuan por tu libro!, me alegro mucho de tus éxitos y me siento afortunada de que compartas con nosotros tus pensamientos y conclusiones, siempre son enfoques peculiares y, al mismo tiempo con concluisones certeras.
Un abrazo fuerte
Enhorabona pel llibre Gabriel!!! Es nota que aquest projecte t’ha fet molt feliç, gaudeix-ne molt!!!
Gabriel, por fin¡¡¡¡¡¡
Corro a la libreria a comprarlo. Estoy seguro que el resto del libro será tan fresco, rompedor, interesante y divertido como los post que he tenido oportunidad de leer y como todo lo que haces y que lo terminaré con cierta envidia sana por no haberlo escrito yo.
Un abrazo, felicidades porque ya está el fruto de tantos esfuerzos y gracias porque seguro que me ayudará a reflexionar y a mejorar.
Cuenta conmigo para organizar y/o ayudaros a convocar gente si te animas a realizar una presentación del libro en Bilbao.
Más allá del post (inteligente y ameno) no quería dejar de comentar el gráfico de la bicicleta «bidireccional», me ha encantado la metáfora.
Mira Gabriel una de las mejores profesoras de economicas que conozco me ha recomendado tu libro desgraciadamente he hablado con mi oficina en Bcn y en «la central» que es nuestra libreria de referencia no lo tenían pero han tomado buena nota. Me lo hare llegar a Paris donde ahora trabajo. Tienes razón en lo de desmitificar al manager y hay una labor pendiente que no se si tratas en tu libro: la de combatir la gran cantidad de contenidos seudocientíficos, argumentos obtenidos con bajo rigor, frecuente empleo de contenidos esotéricos y afirmaciones sin contrastar, utilizados por toda clase de managers e iniciados (no deja de ser premonitorio que se hable en estos ámbitos de “Gurus”) a la hora de aconsejar la toma de decisiones empresariales o de aplicar esos planteamientos a las diferentes prácticas del management o a las llamadas “habilidades directivas”.
Enhorabuena y te escribo cuando tenga el libro
Un abrazo. Ignacio Arellano
Gracias GG, iré a por la búsqueda de ese libro, e igual -pienso que lo más seguro- lo compro, e igual -pienso que lo mas probable lo lea- e igual lo posteo en mi blog -pienso que es posible- un abrazo!
con permiso, lo de postear algun libro, lo hice con un directivo de esos… no sabía nada de tu libro de la in/ competencia esa.
http://tarracoferma.blogspot.com/2010/09/lecturas-recomendadas-c-alierta.html#comments
Me alegra lo que decís. Como ya he comentado aquí el libro debería estar en las grandes librerías, pero las políticas de distribución son como para hacer otro libro, que lógicamente no tendrá buena distribución. Los circuitos de la incompetencia son geniales. La Casa del Libro y Bertrand sí le están dando gran cobertura.
Ignacio muy buena reflexión. Sí toco un poco esta crítica del gurismo. Hay gente que piensa que sabe gestionar personas por decir obviedades trufadas de palabras como estrategia, valor, motivar. Otros jefes intentan alegrarte dándote un trabajo desagradable con palabras esotéricas hiperholísticas, reberverantes, magnéticas…
Buen trabajo amigo!
Yo he ido directamente a comprarlo por la web. Sera que soy moderno?
He mandado tu mail de presentacion a todos aquellos que trabajan en mi area, para que me critiquen, pero al menos con razon !!!!!
Por otro lado me permitira acelerar el proceso de aprendizaje de todos aquellos pequeñitos que quieren ser grandes que tengo en mis clases.
Felicidades!
Me temo lo peor de su lectura entrelíneas, que estoy viendo de venir más de una y de dos. En desvelándolas voy avisando y verás como nos reímos.
La de la Renfe me ha recordado otra de campanillas en el mismo sentido: Un embajador que le espeta a un homónimo, «Excelencia las relaciones entre nuestros países son inmejorables en sentido estricto… porque no hay quien las mejore».
Pues mejorando lo presente, que enhorabuena y ánimo
Moltes felicitats per el llibre. M’ agrada la idea de que tornem a tocar de peus a terra, a l’ esforç diari, a les persones normals i «incompetents» i al sentit comú. Es molt saludable la humiltat del que sap que pot millorar.
som-hi!
Gabriel, me quedo con lo de mejorable, sencillo y optimista. Prefiero esos jefes que los cuerpos danone (contra los que no tendría nada que objetar, por otra parte, si fueran de verdad).
Enhorabuena, espero la presentación en la UAO!!!
Eva
Enhorabuena Gabriel !!
Carai, leyendo el post uno se queda con ganas de ver como sigue. ….
Totalmente de acuerdo con las primeras conclusiones, en multitud de ocasiones «los jefes» pierden de vista que la realidad en las organizaciones y sobre todo el puesto que ocupan depende directamente de sus subordinados y no al contrario. Con lo que tomando consciencia de que mejorando a quienes nos rodean, mejoramos nosotros mismos.
Me sigue sorprendiendo tu habilidad para expresar de un modo sencillo realidades tan complejas, sin duda un lujo!!
Juan
Enhorabuena, no sólo por el trabajo de escribir un libro, sino por los adeptos que tienes ya y sin haberlo leído. Pues me ha picado la curiosidad, además del bonito envoltorio del que está ya rodeado, porque creo que efectivamente será una visión renovadora de la gestión de las capacidades y las personas.
Cuando lo haya leído (dame tiempo, que suelo tardar entre 2 y 3 meses en terminarme un libro de 500 pgs), te haré saber mis comentarios.
R/ Gracias por las felicitaciones y los buenos ánimos. Yo también te los doy porque el libro sólo tiene la mitad de páginas, con letra grande y poco texto por hoja. Te lo vas a leer mucho más rápido. Y adelante también en tu gran curiosidad y capacidad de diálogo. Un saludo.
Un libro imprescindible.
¿Por qué has tardado tanto en escribirlo…? ¿Incopetecia…? ¿Pereeezaaaa…?
Tiene una pinta excelente. Enhorabuena. Y ¡cuanta razón! El verdadero emprendedor es alguien totalmente alejado de ese estereotipo heredado de la city londinensa y que tiene que llevar corbata estereotipada y pensamiento único… el emprendedor es un tipo amorfo. Y esa amorfidad es la que le da su grandeza, su diferenciación y por supuesto, su atractivo.
¡fenomenal Sr. Ginebra! El libro no tiene desperdicio, por lo claro y por todo lo que abarca.. el titulo provocador.. hace un tiempo tuve que cambiar la palabra «competencia» porque a mi Jefe le parecía que su contraria era muy dura «INCOMPETENCIA» cuando apelando a esa frase de «el principio de la sabiduria está en reconocer tu propia ignorancia» lo verdaderamente incompetente es creernos competentes.. bueno eso ya lo has dicho tú, y ese cuestinorario FOUGI no tiene precio.. otra de las cosas a subrayar para los que andamos por el entorno pyme es el complejo de Multinacional en el modelo de gestión = matar moscas a cañonazos y ni tenemos cañón ni tampoco polvora suficiente.. este libro será de los de la mesita de noche, antes de dormir leeremos un trozito..gracias y enhorabuena
¡Enhorabuena Gabriel!
Me alegro mucho de volver a encontrarte, y gracias por permitirnos compartir parte de tus pensamientos y reflexiones a través de tu libro, seguro que será muy enriquecedor. El comienzo ya promete….
Un beso.
Creo que Scott Adams dio una definición magnífica en su «principio de Dilbert» y que viene totalmente al hilo:
TODOS SOMOS IMBÉCILES. AFORTUNADAMENTE NO TODOS LO SOMOS AL MISMO TIEMPO NI PARA LAS MISMAS COSAS
Un saludo y suerte con el libro
Enhorabuena por el libro! Seguro que ayuda, que es para lo que tienen que servir los libros…
Y enlazando con tu final, una apostilla desde el siglo I: «No intentes ser el mejor del mundo; intenta todos los días con todas las fuerzas de tu alma, ser el mejor de ti mismo» (Marco Aurelio, Meditaciones).
Gabriel,
Muchas felicidades por el libro, me ha gustado mucho.
Un abrazo,
Marisa
Hola Gabriel,
estoy leyendo tu libro (que por cierto, gracias por la dedicatoria, que el otro día estabas muy liado y no deseaba ser una molestia más), y aunque no lo he terminado, he extractado la idea de que hay que personalizar los contactos con los trabajadores.
Me parece correcto saber que tratamos con personas y no con herramientas, sin embargo no sé si más adelante en el libro comentas cómo hacer para que el empleado y empresario entiendan que aunque han de conocer sus cualidades, características y situaciones personales, no caigan en mezclar lo personal con lo profesional.
Gracias,
Marc
Ets un crack noi. Ja ho eres als 8 i als 13, i sabent-ho et vaig perdre la pista durant 35 llargs anys. Recuperar l’amistat (latent en el temps) i llegir aquest llibre, ha estat rejovenir en la il•lusió per gaudir de la vida , recuperar un petit tresor perdut, i un plaer per l’anima i els sentits. Qui pugui dubtar entre comprar o no aquest llibre, que no dubti mes….. es un valor segur (em deus un cafetó Gabri). Amb aquest llibre, has eixamplat la distancia, ja existent, entre la teva incompetència i la dels altres. Moltes felicitats!!!
Me ha gustado mucho esta entrada que -además de animarme a comprar tu libro- me ha recordado una reflexión, http://www.astridmoix.com/2010/09/superman-en-la-oficina.html
que publiqué hace un par de meses sobre la vulnerabilidad.
Como tu bien dices, conviene recordar que lo óptimo suele ser enemigo de lo bueno, aceptar la imperfección y trabajar sobre ella.
Un saludo
¡Excelente introducción!
Por un lado, es un auténtico alivio para los que nos consideramos feos 😉
Por otro me parece que todos en conjunto deberíamos reflexionar sobre este particular, que puede extenderse a otros muchos ámbitos. Es más, creo que podríamos extenderlo a otros aspectos también. Siempre me ha sorprendido como, cuando una persona es exitosa en algun aspecto (el deporte, por ejemplo), en seguida se gana el crédito en otros aspectos que nada tienen que ver (se les pide a los deportistas famosos muchas veces opinión sobre todo, hasta sobre cuestiones filosóficas y luego sus afirmaciones se toman como si fueran «la biblia»). Pero la realidad no es así, al igual que existen buenísimos deportistas que son unos auténticos «cazurros», existen buenos jefes que no solo son feos, sino que además pueden tener otros muchos defectos.
Cadascú al seu ofici, es el título de un encantador cuento de Pere Calders. Resulta que un barco naufraga y descubren que el incompetente capitan era un relojero reciclado. Efectivamente cada uno tiene una competencia precisa y no otras (siempre que alguien me reconoce estas últimas yo le valoro las primeras). Muy buen proyecto promover que cada uno se ciña a su experiencia. Los ejemplos son múltiples… ¿cómo llegamos entonces a poder ser jefe de jefes? La política no es de fácil clarificación. Gracias Luis y todos por los comentarios.
Plas plas plas, fantástico. Estimulante. Quizá somos incompetentes porque no nos atrevemos a descubrir en qué somos buenos, y porque en muchos casos hemos sido adiestrados para evitar el error, no asumir riesgos, no romper las normas, y parecernos a ese arquetipo de estudiante brillante y futuro directivo. Siempre he desconfiado de lo que en Recursos Humanos llamamos el «perfil de competencias de excelencia». ¡Vamos! ¿De verdad nos creemos que sólo hay una única combinación de características personales, conductas y actitudes para ser competente? Los ejemplos de Ortega, Martín Frías o Hidalgo nos enseñan que no tienes que ajustarte al «perfil»: sé bueno en algo (quizá con una sola cosa sea suficiente), y utiliza eso como trampolín para ser mejor. Y asume riesgos.
Gabriel: Me divierten mucho las pocas líneas de tu libro que he podido leer y voy a buscarlo, aunque me parece que va a demorar un poco en llegar a estas latitudes (Lima-Perú). Coincido contigo en desmitificar a los Jefes, Líderes, hombres de vértice, gurues, o como se les quiera llamar. Los que mandan son gente tan normal (o siguiendo tu línea), tan anormal como el resto y lo que necesitan es, en mi opinión, sobretodo, sentido común, humildad, y trabajo y, me olvidaba, saber apoyarse -pedir ayuda- a los que nos rodean. Abrazos fuertes y muchos recuerdos a toda la familia
No fa mala pinta, no fa mala pinta.
Ese libro debe ser comprado inmediatamente.
Un fuerte abrazo
Compré tu libro por pura curiosidad, porque el titulo me llamó poderosamente la atención, y hoy despues de leerlo recomiendo que debe leerlo todo gestor, sobretodo aquellos que se creen competentes. «No somos tan buenos como nos pensamos, pero podemos ser mejores de lo que creemos».
Buen material para aquellos interesados en gestionar personas…
Estoy encantado leyendo tu libro, es una evidencia más de que sentido común es la capacidad de ver la realidad, y con los criterios usuales para ver la dirección de personas es imposible verla. Solicité que se diera tu libro como regalo de fin de año en mi empresa, desafortunadamente no tuve éxito con la idea, alguno pensó que le mandaba una indirecta, sin intentar leer el «abstract». Felicidades y un abrazo.
Hola Gabriel: Enhorabuena por tu blog y tu libro. Menos mal que hay que hay gente con sentido común y experiencia que no predica el buenismo como el flower power en la gestión de empresas y que se acaba traduciendo en la esclavitud del ceder a todo y la incapacidad para conseguir resultados. Un saludo y suerte.
Según yo lo veo: los directivos brillantes son siempre jóvenes, guap@s y esbelt@s, la excelencia embellece y se consigue solo trabajando día a día con ilusión sincera y mucha empatía.
Felicidades por la iniciativa, hablar de mejorar en primera persona del plural es muy necesario.
Es un gran placer leer cosas tan interesantes.
Ahora mismo lo voy a escribir en mi tuenti, saludos!
!
gracias a este libro, te he conocido. No triunfan los más brillantes, sino los talentos medios que vencen la pereza día a día….no puedo estar más de acuerdo.
un abrazo